Au revoir...
Au revoir, en el libro de Rayuela, Oliveira le dice eso a la Maga...
En lo poco que va del año, ha sido para mi lleno de cambios, algunos de ellos muy fuertes (3 principalmente), pero me han ayudado a madurar. Hoy uno de mis mejores amigos se muda a casi 12 horas de aqui.
Con su partida, siento como si un ciclo de mi vida se cerrara.
El dia de ayer fue la ultima vez que nos reunimos todos los de la "pandilla", aunque de los miembros originales (que en sus buenos tiempos, eran mas o menos 10) solo quedamos 3, la llegada de los nuevos amigos al "clan" fue algo que cambio a nuestro grupo, creo que ya no fue lo mismo, el ambiente que se respiro no era el que en un pasado se respiraba...
El fue una persona que me acompaño durante distintas etapas de mi vida, nuestra amistad se prolongo cerca de 8 años. Desde primer año de secundaria hasta mi llegada a la universidad. En ese lapso vivimos una serie de aventuras, desventuras, tristezas, alegrias, enojos, perdidas, corazones rotos. Lo que mas me duele de su partida es exactamente eso, que fue una amistad que crecio a la par, porque en nuestras vidas muchas veces llegan personas que solo permanecen poco tiempo y despues desaparecen de ella, con el fue diferente, nunca nos alejamos, si hubo diferencias aprendimos a arreglarlas, cuando convergiamos en una idea nos elogiabamos, cuando alguno de los dos se equivocaba o estaba haciendo lo incorrecto por duro que fuera lo deciamos: "no mames wey, fijate cabron".
Compartimos todo, cada suceso importante que viviamos nos lo contabamos, si alguno vivia algo antes que el otro, este le aconsejaba como disfrutarlo mas. Nunca hubo egoismo entre nosotros, tampoco esa envidia, que surge al conseguir un triunfo, caso contrario, nos alegra que alguno de los dos hiciera o alcanzara un reto que se habia propuesto.
Extrañare esas tardes en la barda, el llegar a su casa y platicar, tirar la cabula, o simplemente sentarnos a admirar lo que sucedia a nuestro alrededor. Adios a esas tardes de gorditas con queso, o cuando crecimos, esos "mates" que fumas uno tras otro, ya sean delincuentes o esos de marca asiaeurpeamericana jaja que olian mas a mota que a tabaco.
Esas noches en que me burlaba de tu musica (que hasta estas altura no entiendo) que te molestaba cuando empezaba a gritarte "quita esas chingaderas, no mames pinche ruido" y que tu respondias con una certera mentada de madre. O las cascaritas detras de tu casa, donde parecia mas lucha libre que futbol soccer. Esa ocasion en que fuimos chambelanes, los ensayos, el Miguel, jajajaja. Cuando ibamos a San Buenaventura lo cual era igual a arriesgar la vida, como ese dia en que paraste el taxi y un vochito por detras le pego, jaja, hasta el nivel de alcohol en tu cuerpo se bajo del susto, la vez en que ganaste esa pelea en el casco, o el dia que me cai al charco por andar tirando el rostro.
Vivimos los cambios, como la entrada a la prepa, tu te quedaste en esa escuela ñoñisima, jaja, mientras que yo fui a dar al CCH, el pato se hizo burro blanco, la pica loba trompuda, jajaja, ahora que la menciono, esos dias en los que viviamos en su casa, donde nuestro alimento diario eran chicharrones con salsa valentina.
En fin, podria platicar todas las aventuras que vivimos, fuimos algo asi como Don Quijote y Sancho Panza, jaja, juntos e implacables ante todo lo que viniera, por eso hoy, te agradezco todo lo que vivimos, porque "los amigos es la unica familia que puedes elegir".
Titule Au Revoir a esta entrada porque es un adios a todo lo que vivimos, adios a una etapa que no volvera, que sera algo que jamas se repetira y que se guardara en nuestra mente por siempre, bueno casi a menos de que te alzheimer, y no es un Au Revoir a nuestra amistad, porque se que eso seguira y seguira, espero que sea hasta que alguno de los estire la pata y cierre su changarro, jeje.
Podria decir mas, pero solo le deseo lo mejor que los cambios son para bien, y que la diosa Fortuna le sonria, y te puedo decir esto "te amo como hermano".
Dejo esta lectura de Carlos Fuentes del libro "En esto creo.." altamente recomendable:
"La Amistad
Lo que no tenemos lo encontramos en el amigo. Creo en este obsequio y lo cultivo
desde la infancia. No soy en ello diferente de la mayor parte de los seres humanos. La
amistad es la gran liga inicial entre el hogar y el mundo. El hogar, feliz o infeliz, es el
aula de nuestra sabiduría original pero la amistad es su prueba. Recibimos de la familia,
confirmamos en la amistad. Las variaciones, discrepancias o similitudes entre la familia
y los amigos determinan las rutas contradictorias de nuestras vidas. Aunque amemos
nuestro hogar, todos pasamos por el momento inquieto o inestable del abandono
(aunque lo amemos, aunque en él permanezcamos). El abandono del hogar sólo tiene la
recompensa de la amistad. Es más: sin la amistad externa, la morada interna se
derrumbaría. La amistad no le disputa a la familia los inicios de la vida. Los confirma,
los asegura, los prolonga. La amistad le abre el camino a los sentimientos que sólo
pueden crecer fuera del hogar. Encerrados en la casa familiar, se secarían como plantas
sin agua. Abiertas las puertas de la casa, descubrimos formas del amor que hermanan al
hogar y al mundo. Estas formas se llaman amistades.
...Para Byron, la amistad es, tristemente, el amor sin
alas. Y si la amistad puede convertirse en amor, lo cierto es que el amor rara vez se
convierte en amistad. Al amigo, dice la sabiduría popular, hay que recibirlo con alegría
y despedirlo con prisa. Si es huésped, a los tres días, como los cadáveres, apesta.
Yo creo que hay más dolor que cinismo en las amistades perdidas. Los
sentimientos descubiertos y compartidos. La ilusión de sabiduría confirmada que nos
proporciona un amigo. La constitución de la esperanza que sólo nos otorga la juventud
compartida en la amistad. La alegría de la banda, la cuatiza, the gang, l’equipe, la
chorcha, la patocha. Los lazos de unión. La complicidad de las amistades juveniles, el
orgullo de ser joven y, si se es ya joven sabio, la voz admonitoria de la propia juventud
cuando es vieja amistad. Aprendamos a gobernar el orgullo de ser jóvenes. Un día no lo
seremos y necesitaremos, más que nunca, a los amigos.
...
Porque todos, en grado menor o mayor, hemos traicionado o sido traicionados por
la amistad. Las bandas se desbandan y los íntimos amigos de la juventud pueden
convertirse en los más alejados e indiferentes fantasmas de la edad adulta. Y es que no
hay nada más traicionable que la amistad. Si hiciésemos la lista de los amigos perdidos,
las apostillas dirían indiferencia, odio, rivalidad, pero también épocas distintas y
distancias épicas. Dirían muertes. ¿Por qué los abandonamos? ¿Por qué nos abandonan
ellos? Viéndolo bien, hay poca amistad en el mundo. Sobre todo entre iguales. William
Blake lo decía de manera incomparable: Tu amistad me hiere demasiado. Por favor, sé
mi enemigo. Porque si la amistad, en su origen, es disposición, generosidad, apertura a
reunimos con otros, no deja de ser, al mismo tiempo, un rechazo secreto e insinuante de
esa misma intimidad cuando es sentida como dependencia. Wordsworth habla de las
«horas primitivas» de la vida, durante las cuales, vivimos una paradoja que nos arroja al
camino de la suerte a la vez que nos protege de sus accidentes. Accidentes, a veces, del
humor. Sargent pudo decir que cada vez que pintaba un retrato perdía un amigo. Y el
famoso canciller británico, Canning, le daba a la amistad un giro diplomático vigente.
Sálvame del amigo sincero, rogaba.
No son éstas lecciones inútiles. Los terrenos más yermos florecen para indicarnos
que, en cuestiones de amistad, hay que darle cabida, en ocasiones, a la sabiduría del
Eclesiastés y admitir que aun las heridas de un amigo pueden ser heridas fieles. Y que
con el amigo podemos exponernos a decirle por qué no lo queremos. Al enemigo, en
cambio, nunca se le debe dar esa satisfacción. Pero lo terrible de la pérdida de la
amistad es el abandono de los días a los que ese amigo les dio sentido. Perder a un
amigo se vuelve, entonces, literalmente, una pérdida de tiempo. Esperanzas excesivas,
celos de los triunfos ajenos. Es tiempo de regresar a la amistad sabiendo que exige un
cultivo cotidiano a fin de rendir sus frutos maravillosos. Establecer simpatías y gozar
afinidades. Obsequiarnos serenidad unos a otros. Obligarnos a una disciplina jocunda
para mantener la amistad. Descubrimiento con los amigos de las potencias del mundo y
del deleite de compartir las horas. Reír con los amigos. Vivir la amistad como invitación
permanente a aceptar y ser aceptados.
Y reclamar internamente una posible perfección de la amistad al abrigo de todo atentado. Vivir la compañía de los amigos sin permitir ninguna ocasión de vergüenza al día siguiente, ni que se hable mal de los ausentes.
Defender a la amistad contra celos, envidias, temores. Y estar de acuerdo en no estar de
acuerdo —agree to disagree. Las diferencias deben aumentar la amistad y el respeto
mutuos. El trato inteligente entre amigos no admite ambición, intolerancia o
mezquindad. Amistad es modestia digna, es imaginación y es generosidad. Y a veces,
por qué no, es todo lo contrario. Orgullo. Naturalidad pasiva. Avaricia del afecto.
Si la amistad es el nexo entre la vida en común y la vida del yo, éste
tiene que reclamarle soledad a la amistad. Es natural: exigimos para nuestro ser la
pasión, la inteligencia o el amor que reconocemos en la mirada del amigo. Las
simpatías, los movimientos de acercamiento, tienen un límite: yo mismo. Regreso a mí,
a mi desconsuelo pero también a mi propio poder. Recuerdo con nostalgia el amanecer
de la infancia compartido con los amigos. ¡Qué difícil es mantenerlo de adultos! Repaso
los momentos de las rupturas con dolor inevitable. Las horas no son las mismas. Los
caminos se han desviado. Pero no puedo evitar la limosna que el propio yo le exige, al
cabo, a la fortuna de la amistad. Pues, ¿no sabíamos ya, secretamente, desde el
principio, que un día sentiríamos ante el amigo la necesidad de renovar la vida? ¿No
sabíamos desde siempre que con íntimo desasosiego, casi con vergüenza, portamos una
imperfección que no podemos revelar ni compartir con el amigo más entrañable?
Le entregamos entonces, paradójicamente, nuestra imperfección al mundo y
nuestra vergüenza a la sociedad con la esperanza de que otra forma de amistad, la de
pertenecer a la vida en común, nos redima. El artista, por definición, aprende muy
pronto a soportar la soledad en nombre de la creación de la obra. Pero más ampliamente
es la propia amistad lo que nos obliga no sólo a reconocer nuestros límites, sino a
entender que los compartimos. Somos amigos en comunidad: nos necesitamos. Con
razón decía Thoreau que tenía tres sillas en su casa. Una, para la soledad. Otra, para la
amistad. Y la tercera, para la sociedad. Saber estar solo es la contrapartida indispensable
y enriquecedora de saber estar con amigos.
La soledad no es la única contrapartida de la amistad. Lo es también la muerte.
Así como recuerdo fielmente a mis más remotos amigos de la niñez, otorgo una
memoria constante a esos viejos amigos ya partidos que fueron, además, mis maestros."
...mes dificil para mi
En lo poco que va del año, ha sido para mi lleno de cambios, algunos de ellos muy fuertes (3 principalmente), pero me han ayudado a madurar. Hoy uno de mis mejores amigos se muda a casi 12 horas de aqui.
Con su partida, siento como si un ciclo de mi vida se cerrara.
El dia de ayer fue la ultima vez que nos reunimos todos los de la "pandilla", aunque de los miembros originales (que en sus buenos tiempos, eran mas o menos 10) solo quedamos 3, la llegada de los nuevos amigos al "clan" fue algo que cambio a nuestro grupo, creo que ya no fue lo mismo, el ambiente que se respiro no era el que en un pasado se respiraba...
El fue una persona que me acompaño durante distintas etapas de mi vida, nuestra amistad se prolongo cerca de 8 años. Desde primer año de secundaria hasta mi llegada a la universidad. En ese lapso vivimos una serie de aventuras, desventuras, tristezas, alegrias, enojos, perdidas, corazones rotos. Lo que mas me duele de su partida es exactamente eso, que fue una amistad que crecio a la par, porque en nuestras vidas muchas veces llegan personas que solo permanecen poco tiempo y despues desaparecen de ella, con el fue diferente, nunca nos alejamos, si hubo diferencias aprendimos a arreglarlas, cuando convergiamos en una idea nos elogiabamos, cuando alguno de los dos se equivocaba o estaba haciendo lo incorrecto por duro que fuera lo deciamos: "no mames wey, fijate cabron".
Compartimos todo, cada suceso importante que viviamos nos lo contabamos, si alguno vivia algo antes que el otro, este le aconsejaba como disfrutarlo mas. Nunca hubo egoismo entre nosotros, tampoco esa envidia, que surge al conseguir un triunfo, caso contrario, nos alegra que alguno de los dos hiciera o alcanzara un reto que se habia propuesto.
Extrañare esas tardes en la barda, el llegar a su casa y platicar, tirar la cabula, o simplemente sentarnos a admirar lo que sucedia a nuestro alrededor. Adios a esas tardes de gorditas con queso, o cuando crecimos, esos "mates" que fumas uno tras otro, ya sean delincuentes o esos de marca asiaeurpeamericana jaja que olian mas a mota que a tabaco.
Esas noches en que me burlaba de tu musica (que hasta estas altura no entiendo) que te molestaba cuando empezaba a gritarte "quita esas chingaderas, no mames pinche ruido" y que tu respondias con una certera mentada de madre. O las cascaritas detras de tu casa, donde parecia mas lucha libre que futbol soccer. Esa ocasion en que fuimos chambelanes, los ensayos, el Miguel, jajajaja. Cuando ibamos a San Buenaventura lo cual era igual a arriesgar la vida, como ese dia en que paraste el taxi y un vochito por detras le pego, jaja, hasta el nivel de alcohol en tu cuerpo se bajo del susto, la vez en que ganaste esa pelea en el casco, o el dia que me cai al charco por andar tirando el rostro.
Vivimos los cambios, como la entrada a la prepa, tu te quedaste en esa escuela ñoñisima, jaja, mientras que yo fui a dar al CCH, el pato se hizo burro blanco, la pica loba trompuda, jajaja, ahora que la menciono, esos dias en los que viviamos en su casa, donde nuestro alimento diario eran chicharrones con salsa valentina.
En fin, podria platicar todas las aventuras que vivimos, fuimos algo asi como Don Quijote y Sancho Panza, jaja, juntos e implacables ante todo lo que viniera, por eso hoy, te agradezco todo lo que vivimos, porque "los amigos es la unica familia que puedes elegir".
Titule Au Revoir a esta entrada porque es un adios a todo lo que vivimos, adios a una etapa que no volvera, que sera algo que jamas se repetira y que se guardara en nuestra mente por siempre, bueno casi a menos de que te alzheimer, y no es un Au Revoir a nuestra amistad, porque se que eso seguira y seguira, espero que sea hasta que alguno de los estire la pata y cierre su changarro, jeje.
Podria decir mas, pero solo le deseo lo mejor que los cambios son para bien, y que la diosa Fortuna le sonria, y te puedo decir esto "te amo como hermano".
Dejo esta lectura de Carlos Fuentes del libro "En esto creo.." altamente recomendable:
"La Amistad
Lo que no tenemos lo encontramos en el amigo. Creo en este obsequio y lo cultivo
desde la infancia. No soy en ello diferente de la mayor parte de los seres humanos. La
amistad es la gran liga inicial entre el hogar y el mundo. El hogar, feliz o infeliz, es el
aula de nuestra sabiduría original pero la amistad es su prueba. Recibimos de la familia,
confirmamos en la amistad. Las variaciones, discrepancias o similitudes entre la familia
y los amigos determinan las rutas contradictorias de nuestras vidas. Aunque amemos
nuestro hogar, todos pasamos por el momento inquieto o inestable del abandono
(aunque lo amemos, aunque en él permanezcamos). El abandono del hogar sólo tiene la
recompensa de la amistad. Es más: sin la amistad externa, la morada interna se
derrumbaría. La amistad no le disputa a la familia los inicios de la vida. Los confirma,
los asegura, los prolonga. La amistad le abre el camino a los sentimientos que sólo
pueden crecer fuera del hogar. Encerrados en la casa familiar, se secarían como plantas
sin agua. Abiertas las puertas de la casa, descubrimos formas del amor que hermanan al
hogar y al mundo. Estas formas se llaman amistades.
...Para Byron, la amistad es, tristemente, el amor sin
alas. Y si la amistad puede convertirse en amor, lo cierto es que el amor rara vez se
convierte en amistad. Al amigo, dice la sabiduría popular, hay que recibirlo con alegría
y despedirlo con prisa. Si es huésped, a los tres días, como los cadáveres, apesta.
Yo creo que hay más dolor que cinismo en las amistades perdidas. Los
sentimientos descubiertos y compartidos. La ilusión de sabiduría confirmada que nos
proporciona un amigo. La constitución de la esperanza que sólo nos otorga la juventud
compartida en la amistad. La alegría de la banda, la cuatiza, the gang, l’equipe, la
chorcha, la patocha. Los lazos de unión. La complicidad de las amistades juveniles, el
orgullo de ser joven y, si se es ya joven sabio, la voz admonitoria de la propia juventud
cuando es vieja amistad. Aprendamos a gobernar el orgullo de ser jóvenes. Un día no lo
seremos y necesitaremos, más que nunca, a los amigos.
...
Porque todos, en grado menor o mayor, hemos traicionado o sido traicionados por
la amistad. Las bandas se desbandan y los íntimos amigos de la juventud pueden
convertirse en los más alejados e indiferentes fantasmas de la edad adulta. Y es que no
hay nada más traicionable que la amistad. Si hiciésemos la lista de los amigos perdidos,
las apostillas dirían indiferencia, odio, rivalidad, pero también épocas distintas y
distancias épicas. Dirían muertes. ¿Por qué los abandonamos? ¿Por qué nos abandonan
ellos? Viéndolo bien, hay poca amistad en el mundo. Sobre todo entre iguales. William
Blake lo decía de manera incomparable: Tu amistad me hiere demasiado. Por favor, sé
mi enemigo. Porque si la amistad, en su origen, es disposición, generosidad, apertura a
reunimos con otros, no deja de ser, al mismo tiempo, un rechazo secreto e insinuante de
esa misma intimidad cuando es sentida como dependencia. Wordsworth habla de las
«horas primitivas» de la vida, durante las cuales, vivimos una paradoja que nos arroja al
camino de la suerte a la vez que nos protege de sus accidentes. Accidentes, a veces, del
humor. Sargent pudo decir que cada vez que pintaba un retrato perdía un amigo. Y el
famoso canciller británico, Canning, le daba a la amistad un giro diplomático vigente.
Sálvame del amigo sincero, rogaba.
No son éstas lecciones inútiles. Los terrenos más yermos florecen para indicarnos
que, en cuestiones de amistad, hay que darle cabida, en ocasiones, a la sabiduría del
Eclesiastés y admitir que aun las heridas de un amigo pueden ser heridas fieles. Y que
con el amigo podemos exponernos a decirle por qué no lo queremos. Al enemigo, en
cambio, nunca se le debe dar esa satisfacción. Pero lo terrible de la pérdida de la
amistad es el abandono de los días a los que ese amigo les dio sentido. Perder a un
amigo se vuelve, entonces, literalmente, una pérdida de tiempo. Esperanzas excesivas,
celos de los triunfos ajenos. Es tiempo de regresar a la amistad sabiendo que exige un
cultivo cotidiano a fin de rendir sus frutos maravillosos. Establecer simpatías y gozar
afinidades. Obsequiarnos serenidad unos a otros. Obligarnos a una disciplina jocunda
para mantener la amistad. Descubrimiento con los amigos de las potencias del mundo y
del deleite de compartir las horas. Reír con los amigos. Vivir la amistad como invitación
permanente a aceptar y ser aceptados.
Y reclamar internamente una posible perfección de la amistad al abrigo de todo atentado. Vivir la compañía de los amigos sin permitir ninguna ocasión de vergüenza al día siguiente, ni que se hable mal de los ausentes.
Defender a la amistad contra celos, envidias, temores. Y estar de acuerdo en no estar de
acuerdo —agree to disagree. Las diferencias deben aumentar la amistad y el respeto
mutuos. El trato inteligente entre amigos no admite ambición, intolerancia o
mezquindad. Amistad es modestia digna, es imaginación y es generosidad. Y a veces,
por qué no, es todo lo contrario. Orgullo. Naturalidad pasiva. Avaricia del afecto.
Si la amistad es el nexo entre la vida en común y la vida del yo, éste
tiene que reclamarle soledad a la amistad. Es natural: exigimos para nuestro ser la
pasión, la inteligencia o el amor que reconocemos en la mirada del amigo. Las
simpatías, los movimientos de acercamiento, tienen un límite: yo mismo. Regreso a mí,
a mi desconsuelo pero también a mi propio poder. Recuerdo con nostalgia el amanecer
de la infancia compartido con los amigos. ¡Qué difícil es mantenerlo de adultos! Repaso
los momentos de las rupturas con dolor inevitable. Las horas no son las mismas. Los
caminos se han desviado. Pero no puedo evitar la limosna que el propio yo le exige, al
cabo, a la fortuna de la amistad. Pues, ¿no sabíamos ya, secretamente, desde el
principio, que un día sentiríamos ante el amigo la necesidad de renovar la vida? ¿No
sabíamos desde siempre que con íntimo desasosiego, casi con vergüenza, portamos una
imperfección que no podemos revelar ni compartir con el amigo más entrañable?
Le entregamos entonces, paradójicamente, nuestra imperfección al mundo y
nuestra vergüenza a la sociedad con la esperanza de que otra forma de amistad, la de
pertenecer a la vida en común, nos redima. El artista, por definición, aprende muy
pronto a soportar la soledad en nombre de la creación de la obra. Pero más ampliamente
es la propia amistad lo que nos obliga no sólo a reconocer nuestros límites, sino a
entender que los compartimos. Somos amigos en comunidad: nos necesitamos. Con
razón decía Thoreau que tenía tres sillas en su casa. Una, para la soledad. Otra, para la
amistad. Y la tercera, para la sociedad. Saber estar solo es la contrapartida indispensable
y enriquecedora de saber estar con amigos.
La soledad no es la única contrapartida de la amistad. Lo es también la muerte.
Así como recuerdo fielmente a mis más remotos amigos de la niñez, otorgo una
memoria constante a esos viejos amigos ya partidos que fueron, además, mis maestros."
...mes dificil para mi
Muchas gracias kabron sabes ke los años ke pase kontigo fueron inolvidables komo olvidarte ver ese ammmm en 20 we... jajaaja
ResponderEliminarmuchas gracias x todo we y siempre seras mi BFF ja ers komo mi paris hilton we !!!
Te amo ogt!
No olvides ke lo ke necesites stare a tu lado!